jueves, 5 de marzo de 2009

1989-90





Con el ascenso vinieron los mejores momentos de nuestra historia. El ambiente en el Tartiere era fenomenal y cada año teníamos más socios. La cervecería Chiribí era un hervidero azul antes y después de cada partido. En el bar, literalmente no se entraba. Con el dinero recaudado con las cuotas se compraba material pirotécnico, prohibido años más tarde por el mal uso hecho por un descerebrado en el desaparecido Sarriá barcelonés.

El Real Oviedo era un club, no una Sociedad Anónima, y cuidaba a las peñas jóvenes. Nos regalaba algunas entradas para los partidos, con la leyenda de "Creación de ambiente" impresa en ellas. Las entradas las vendíamos entre los componentes de la peña y con eso subvencionábamos los viajes. Bilbao, San Sebastián, Valladolid, Burgos, etc, eran visitas obligatorias.

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