lunes, 10 de enero de 2011

Otra vez en la Supertifo y esta vez a lo grande

La Supertifo italiana nos dedicó 3 páginas íntegras en su número de Octubre de 1994, narrando la historia de la peña y con una preciosa foto. Supongo que muchos de los antiguos Chiribís ni se imaginaban que esto había ocurrido, así que espero que disfruten del documento.

Os dejo aquí las imágenes. Para verlas a mayor tamaño solo tenéis que hacer click en ellas.



martes, 4 de enero de 2011

¡Mineros hijos de puta!

No sé que entendían por “mineros” allí en Vallecas. El caso es que así nos recibían, al grito de “mineros hijos de puta”.

Ni que ser minero fuese un insulto. Primero, es un trabajo para el que hay que tener atributos, cojones, valor, o como le quieras llamar. Si no has entrado nunca en una mina, prueba y sabrás de lo que te hablo. Y no vale la mina del Museo de la Minería, que eso es un Parque Temático y ni se acerca. Y segundo, si no tienes ningún accidente, algo gracias a Dios, cada vez menos habitual, te jubilas joven y con una buena paga. La verdad, no veo donde puede estar el insulto llamándote minero.
Lo simpático es que si te lo llamaran en el Barrio de Salamanca de Madrid, pues a lo mejor lo entendías, pero que te lo llamaran en Vallecas ... pues como que daba la risa.

Y es que allí vi a lo más tirao que vi en mi vida en un campo de fútbol. Gente comiendo garbanzos al descanso, con sus platos y cubiertos y una olla expréss, flipante. Allí vi a la gente más humilde que me crucé nunca en un campo de futbol, y querían vacilarnos, como si ser de la provincia de Madrid fuera un título. Claro que, entonces no daban Callejeros, si no se lo hubiésemos llamado seguro. Si hombre, ese programa de la Cuatro donde sale siempre lo mejor del estado y en el que los alrededores de Madrid tienen espacio fijo para mostrar lo bueno que es vivir allí.
Fue un viaje bastante accidentado. Tuvimos problemas ya en Oviedo, antes de la partida, pues el conductor al ver que los que iba a llevar eran los del Chiribí ya quería pasar de nosotros. Al final el diálogo sirvió para que partiéramos, no sin antes venir el jefe de la compañía a dar el visto bueno y tomando el DNI a todos los que viajábamos “por si pasaba algo”.

Un bus casi lleno llegaba un poco antes de la hora de comienzo del partido. Recuerdo que la entrada fue un sablazo. Colgamos dos pancartas, una de Chiribís y otra de Asturies.

El partido fue una auténtica basura, empate a ceros aunque el colegiado nos birló un penalty claro. Hay cosas que jamás cambiarán, al Oviedo le roban los de negro independientemente de la categoría en la que milite y del rival que tenga enfrente. Es lo mismo jugar contra el Madrid que contra el Puertollano, el árbitro nos la lía.

A la vuelta paramos a comer en Adanero y coincidimos con el equipo, con lo cual aprovechamos para hacernos fotos con los jugadores. Yo mismo conservo una con Carlos. La fiesta en el bus fue constante, y más escuchando en la radio como a los aldeanos les metía el Zaragoza un 0-3 con expulsión de Luis Sierra incluída.

Llegamos muy tarde y algunos por esa razón nos perdimos un guapo concierto que había esa noche en la Sala El Antiguo, el de los brasileños Ratos de Porao.

Haciendo click en las imágenes se pueden ver a mayor tamaño.